Pero también fue un hito en mi vida la preparación y diseño del viaje durante tantos meses (desde que me firrmaron las vacaciones en el trabajo pasando por la eleccion de los lugares que queria visitar -mucho tiempo de estudio de la lonely planet de Países Escandinavos-, la forma de ir de un lugar a otro -sobre todo para los más inaccesibles a primera vista como Grenen o Mons Klint-, elegir correctamente los hoteles -por ubicación, cercanía a los mejores sitios, que tuvieran habitaciones individuales no demasiado caras- y en el tramo final -dos meses antes- conocer a Kris y diseñar con ella el primer tramo del viaje.
Si maravilloso fue realizar un sueño, hermoso es también el camino que te lleva hasta el.
Y qué ocurre cuando cumples ese sueño, os preguntareis. Pues algo muy hermoso también y que me pasa mucho: en aquel viaje nada más hacía que pensar: "esta ciudad -Aarhus- la volvería a visitar con mi hermana" "tengo que volver a Aalborg en las fechas de Carnaval con Isabel", "este agua embravecida, esta playa, estar entre dos mares es algo que le encantará a mi madre, por eso tengo que volver".
Si puedo cumpliré esos viajes (quizás repetidos para algunos pero no para mi porque cada vez que vuelves a un sitio descubres cosas nuevas porque tu ya no eres la misma que la vez anterior que pisaste ese lugar o también porque vas con otras personas).
Además durante ese viaje (y también durante muchos otros) ideas nuevas y futuros viajes van tomando forma en tu mente. En aquella ocasión mi cabeza le daba vueltas al que será el gran viaje del futuro (tiempo y dinero son prestaciones indispensables): Alaska.
Pero bueno, esa será otra historia que seguro os contaré y que me llevará desde Vancouver hasta las heladas tierras de Seward (Anchorage, Alaska).